viernes, 26 de noviembre de 2010

El mar.

Ya está. El gran animal acaba de desperezarse, se está desperezando. Pequeñas olas lentas, silenciosass, quizá también un poco temerosas, intentan subirse a la playa. Se despliegan con suavidad. Tiñen de oscuro la arena seca aún. Y luego dibujan siluetas, pequeños países, extrañas geografías fantásticas. Y vuelven de repente atrás, indecisas incluso de ese simple paso. Tan breve. Tan corto. Tan ligero. Tan delicadamente educado.Como en un Vals.


Federico Moccia (Ultima frase por Nana Quintero)

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