¿Por qué apareces con la cabeza agachada, con voz muy baja y con la sonrisa tímida?
¿Por qué apareces, de repente, cuando mejor me va?
¿Por qué me haces daño? ¿Venganza?
Pues quiero que sepas algo.
Ya no soy una niña asustada, con pantalón y cuello vuelto.
Soy una mujer, que la calle es su pasarela.
Así que no, no te equivoques, yo ya estoy por encima de ti.
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