viernes, 3 de diciembre de 2010

Una tradición familiar.

Esta es una canción que ha pasado de madres a hijas durante generaciones.
Se la cantaba mi abuela a mi madre y la abuela de mi madre y la abuela de mi abuela.
Y ahora me toca a mi cantarta.
He buscado en internet para encontrar las letras que se han perdido y la verdad es que la canción que ha llegado a mi madre es bastante fiel a como está por ahí.
Esta es la de mi familia y así os la enseño yo.

– Apártate, mora linda,
apártate, mora bella,
deja de beber al caballo
de esa agua cristalina.

– Yo no soy mora, caballero,
que soy cristiana cautiva;
me cautivaron los moros
el día de Pascua Florida.

Las lágrimas de mis ojos
por mis mejillas corrían,
no me las pude secar
que amarrada me tenían.

– ¿Te quieres venir conmigo?
Aquí en mi caballo irías;
¿Y la ropa que yo lavo
dónde me las llevaría?

– Las de seda y las de Holanda
aquí en mi caballo irían.
– Y las que menos valiesen
rio abajo irían.

– Juro en la cruz de mi espada
que al pecho llevo ceñida
no hablarte una palabra
hasta los Montes de Oliva.

Ya llegaron a los montes,
suspiraba la cautiva.
– ¿Por qué lloras, mora bella,
por qué lloras, mora linda?

– Suspiro porque mi padre
a cazar aquí venía
y mi hermano don Bueso
en su compañía venía.

– ¡Válgame el Santo Cristo
y también las Tres Marías,
que pensé encontrar mujer
y encontré una hermana mía!

-Quitadle luto al palacio
ventanas y celosías
que ya apareció mi hermana
que busqué de noche y día.



Espero que os haya gustado, a mi me encanta, es la nana que escuché desde el vientre de mi madre.

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